La autopublicación es una opción que cada vez está cobrando más fuerza. Lo veo como un dato que comparten muchos medios y lo encuentro frecuente en el entorno por el que me muevo. Parece algo novedoso desde que Amazon se subió al carro de los libros pero, ¿quién no imprimía en su casa algunas cosas escritas? Puede que poco a poco se le vaya tomando más en serio y con ello, se vaya profesionalizando cada vez más.
La autopublicación es una opción muy tentadora desde el momento en el que no debes escoger el tortuoso camino de encontrar editorial: agentes, editores, miles de mails, esperas, rechazos, ilusiones en vano, tensión, rezos, velas, sacrificios de corderos y palomas… Con la autopublicación sabes que el sí es seguro porque solo depende de ti. Eso anima a muchas personas a por lo menos, indagar sobre la opción para ver si ajusta a ellas.
Existen varias formas de autopublicación, empezando por diferenciar la simple autopublicación de la edición; de la autopublicación online hasta la creación de un producto igual que el que puede distribuirse desde una empresa editorial. Hoy me quiero centrar en la de autopublicar con empresas de servicios editoriales para verlo desde la perspectiva de dos autoras que han terminado el proceso y tienen sus libros en el mercado a través de distintos caminos. Creo que sus experiencias pueden guiar un poco al que está perdido y ha empezado, porque creedme, me he sorprendido de los muchos que son y lo perdidos que solemos estar.
Para quien todavía esté gateando en esto de la publicación, en este mismo blog podéis encontrar una entrada donde hablo de las diferentes opciones que se abren ante nuestros ojos cuando terminamos el manuscrito. Os lo dejo enlazado. Ahora, vamos a presentaros a las dos autoras y sus novelas.
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