«Toky Blues (Norwegian Wood)»: cómodo y rentable

Tokyo Blues (Norwegian Blues) es el libro por excelencia de Murakami, con el que se le conoce más allá de Asia y por supuesto, ya se ha consolidado como una obra de culto no solo en cuanto a bibliografía del autor, sino en general, de la literatura asiática. La historia de Toru Watanabe tiene incluso una película. Como no podía ser de otra forma, es el primer libro que leí del autor.

En su día, me gustó muchísimo. Claro que todavía no había descubierto que era un autor que escribía mis dos géneros predilectos: realismo mágico y surrealismo. Cuando empecé a descubrir la verdadera faceta de Murakami, Tokyo Blues se desborró poco a poco de mi memoria. 

Si hubiera hablado del libro en ese entonces, habría dicho algo completamente distinto a lo que diré ahora, pero con los años he podido distanciarme más y analizarlo con perspectiva y en relación al resto de sus obras. No tengo ni la más mínima idea de lo que Murakami piensa sobre esta obra respecto a las demás, porque es un tipo muy hermético que da información con cuenta gotas (no es secreto que odia las entrevistas y es muy asocial) pero mi unpopular opinion es que para ser él, es un libro bastante mediocre.

Mediocre en el sentido más aséptico de la palabra. No es malo. Es normal. Es un libro más. Una historia de amor al estilo asiático, porque con Murakami se conoce muy bien a la sociedad japonesa (teniendo en cuenta su sesgo cultural, por supuesto), con un hook muy fuerte que engancha una fórmula posmoderna apta para que capte la atención de un público más generalista.

Tokyo Blues es un buen libro para empezar a adentrarse en el mundo de este autor, no lo voy a negar. De hecho, creo que debería leerse de los primeros para captar su brillo y no desencantarse. Si se hace al revés, después de leer otros como Kafka en la orilla, Baila, baila, baila o El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas, Tokyo Blues pasaría sin pena ni gloria por delante de nuestras retinas.

Tokyo Blues es el libro que buscan todas las editoriales. Contenta al público, no se sale demasiado de la zona de confort, es todo lo predecible que nos gusta para sentirnos cómodos y otorga beneficios en las cuentas bancarias. Se está pagando por algo bien hecho, así que no es para nada molesto. El tipo de literatura de entretenimiento que sí merece la pena y repudiar sería de pedante. La intención, como siempre, es bastante honrada, nada que envidiar al resto; cada uno juega en su propia liga.